sábado, 28 de febrero de 2015

Reencuentro 2008


"¡Volvamos a vernos, clase del '99!"

El email estaba lleno de palabras efusivas, recuerdos melancólicos y un insistente "por favor" en cada dos líneas. Lo firmaba Elisa Hilton.

Alfredo dudó. Habían pasado nueve años desde que se graduó en la secundaria y su vida estaba estancada. No quería saber de lo bien que le iban a sus antiguos compañeros. Así que estaba decidido a borrar el mail hasta que recibió una llamada.

- Hola

- ¡Hola Alfredo!

- Sí... ¿Quién es?

- ¡Soy Yarimar! ¿Cómo estas?

Alfredo continuó la conversación simulando normalidad, pero por dentro su corazón estaba a punto de estallar. La emoción de hablar con aquella morena que lo había enamorado en la secundaria le hacía sentirse adolescente otra vez.

- Está bien, nos vemos en el reencuentro...-

Alfredo corrió al closet. Debía tener algo que impactara a su viejo amor.


Llovía con intensidad cuando Alfredo tocó la puerta de una casa vieja pero grande. Del interior apareció Elisa.

- ¡Alfredo! Pero si no has cambiado ni un poco. Adelante, adelante, bienvenido-

Adentro habían cuatro personas alrededor de una mesa en el centro de la sala. Los muebles eran tan antiguos como la casa, pero se notaban bien conservados. Sonaba una música caribeña que alegraba el sitio.

- ¡Alfredo! Hombre, que no has cambiado nada -

- Me lo han dicho... Pero lamento mi poca memoria...-

- No pasa nada, soy Germán Barrientos. ¿Recuerdas? Bueno, pesaba como 100 kilos menos en aquella época-

- ¡No! ¿Germán? ¿La estrella de nuestro equipo de fútbol...?-

- Hombre, tuve una operación en la rodilla y de ahí perdí la figura, jajajaja-

- Alfredo, bienvenido -

- Karla... tu... sí que estas cambiada -

Karla apenas sonrió. El cuarto personaje se levantó de un salto.

- Mucho gusto, soy Edgar Espinoza. El esposo de Elisa -

- Ah, un placer-

Las risas no se detienen por las siguientes dos horas. El grupo está igual.

- Creo que la lluvia le impidió a mucha gente venir - se lamentó Elisa.

- Quizás ellos tendrán más responsabilidades que nosotros - rió sonoramente Germán

- Yo en un rato me voy, tengo que levantarme temprano - comentó Karla.

La música caribeña retumbó sola en aquella sala.

- Sí, me pareció raro no haber visto a Yarimar -

- ¿Yarimar? ¿Cuál era esa? -

- Emmm... una morena que se la pasaba conmigo... la que entró en el último año de la secundaria -

Todos estaban en silencio, intentando pensar.

- No la recuerdo ¿Ella dijo que venía?-

- Sí... ella... me llamó-

Silencio, solo suena la música.

- Yo voy a la cama. El clima me pone lento, un placer conocerles -  Edgar se retiró con poca efusividad.

- Estoy tratando de hacer memoria, pero Alfredo, eran pocas las veces que te veía acompañado. Ibas de la biblioteca al salón y viceversa- comentó Karla.

- ¡Cierto! Pocas veces jugamos fútbol -

- Pero ella hablaba con todos en el salón de clase.- continuó Alfredo- Nunca llegaba tarde, se sentaba a mi lado... una morena... como de mi estatura... ¿No la recuerdan?-

- ¡Esto me está poniendo de los nervios! - Elisa tomó un trago largo de vino. - Voy a revisar en el ordenador la lista de personas a las que envié el mail. Ya vuelvo.-

Elisa se marchó y la música se detuvo. Solo se escuchaba el sonido de la lluvia.

- ¿Estaba buena?- sonríe Germán.

- Era... era muy linda- aseguró Alfredo.- Es increíble que no recuerden a Yarimar.

- A mi no me culpes, yo no estaba precisamente pendiente de las chicas en ese tiempo - Karla ríe de forma maliciosa.

Elisa volvió con una página en su mano.

- Chicos, estoy buscando y por la "Y" no tengo a nadie en los contactos de la secundaria. Mira, paso de la "T" de Teodardo Castillo a la "Z" de Zoe Galván.-

Germán y Karla miraron la hoja junto a Elisa. Efectivamente no estaba el nombre de Yarimar.

Alfredo tomó su mano, simuló que tenía un teléfono.

- ¡Hola Yarimar! Justamente estábamos hablando de ti!-

Los tres ex compañeros estaban paralizados.

- Ya te abro la puerta -

Alfredo se levantó y caminó hacia la puerta.

- Esto tiene que ser una broma...- dijo Germán, pero sin poder moverse.

Alfredo abrió la puerta y las chicas aguantaron el grito. Germán se puso delante de ellas.



No había nadie.

- Ahora me van a decir que no se acuerdan de ella - sonreía Alfredo de forma extraña. - ¡Mírenla!-

- Alfredo... Alfredo... ahí afuera no hay nadie-

Alfredo cerró la puerta...

... y más nunca se supo de ellos.

@mynameisteo

lunes, 23 de febrero de 2015

Iniku



Iniku nació como una bebé más en el Hospital de aquel pueblo minero.

Su piel canela y sus ojos marrones cautivó a sus padres desde el primer momento en que la vieron.

Iniku creció en ese pueblo, ahí jugó, rió y cursó su escuela entre subidas y bajadas.  Los amigos de infancia la acompañaron hasta la secundaria. Estudió lo suficiente para aprobar, disfrutó la fiesta de graduación por todo lo alto.

Su vida era casi normal. El único problema de Iniku llega cuando cierra los ojos.

La primera vez pasó al segundo día de haber cumplido 18 años. Soñaba con que volaba, con que su cuerpo no pesaba y rozaba el techo de su habitación.

Al abrir los ojos por la mañana, descubrió que no era un sueño al tener su cara frente a la lampara del cobertizo. Al estar despierta, su cuerpo volvió a tener peso, cayó sobre su cama y rebotó para tener un aterrizaje forzoso en el suelo.

Sus padres abrieron la puerta alarmados por lo que ocurría. Ella les dijo que solo había caído de la cama.

Esa noche, a Iniku le costó conciliar el sueño. Solo cerraba los ojos y cuando tenía la sensación de ser una pluma, despertaba de golpe, para evitar volar alto. El sol se asomó por su ventana y ella apagó con terror su alarma. Debía ir a la universidad.

Iniku tenía los ojos pesados en el camino. Sentada en el autobus, le hacía una lucha al sueño que la atacaba. Hasta que se rindió y se quedó dormida. Su cuerpo fue a parar al cobertizo del bus y un señor aprovechó para tomar su puesto.

Así, Iniku decidió que tendría que aprender a dormir. Usó piedras en sus medias, pero despertaba parada en su cama. Usó cuerdas para amarrar sus manos, pero despertaba con las muñecas moradas. Incluso colocó sobre ella todos sus libros, pero fue inútil, despertó flotando y al caer en la cama, lo hizo sobre un montón de libros rígidos.

Hasta que cambió su forma de dormir. Lo hizo boca abajo. Así que cuando abría los ojos estaba lista para el aterrizaje. La técnica le duró sus años de soltera, pero conoció a Leonardo, el chico que la enamoró locamente.

Tuvieron un noviazgo lleno de rosas, paseos y chocolates. Luego empezaron a hablar de matrimonio, pero Iniku esquivaba el tema, no quería que Leonardo supiera de su anormalidad.

Sin embargo, el amor fue más fuerte que su defecto. Y en la noche de bodas quedaron rendidos después de tanta pasión...

... a la mañana siguiente, Iniku estaba aún en la cama.

Cuando miró a su alrededor, Leonardo le tenía un brazo encima.

Iniku respiró profundo y volvió a dormir.

Nunca durmió tan bien.

@mynameisteo

domingo, 22 de febrero de 2015

Big Eyes


Ella mantenía su concentración en una pieza de ropa que acomodaba en la vitrina. Él mantenía su concentración sobre ella desde la caja. Tanto la veía que el cliente que entró en la puerta tuvo que hablarle tres veces hasta que respondiera.

- ¿Lo tienes?

- ¡Ah! Perdón ¡Hola!

- ¡Hola! Los zapatos ¿Los tienes en talla más grande?

- Emmmm, no, no. Lo siento.

El cliente se volteó y vociferó algo. Ella se rió del cliente. Él rió con ella buscando complicidad.

- ¿Qué le pasó?

- Nada. No sé la verdad. Yo... voy a tomar agua-

- Anda-

Él salió por la puerta de atrás de la tienda, encendió un cigarro y disfrutó cada bocanada. Aunque en su mente todavía tenía la imagen de esos grandes ojos negros que le habían hipnotizado. De esa chica de brazo tatuado que le había enganchado. De ese cabello negro que caía sobre la piel blanca.

Terminó el cigarro, volvió a la tienda.

Ahí estaba ella, con sus grandes ojos viendo al vacío. Yacía sobre un charco de sangre. Sobre ella estaba parado El Cliente, mostrando sus dientes, con su mirada en él. Viéndole fijamente con un hacha que goteaba sangre.

- ¿Ahora sí tengo tu atención?

Él estaba paralizado del miedo. El cliente caminó hacia él con su hacha en mano.

Pronto él y ella estarán juntos de nuevo.

@mynameisteo

sábado, 1 de noviembre de 2014

Misión Aria

Zerj repasa con su mirada el mapa en la pantalla gigante. Estudia una y otra vez las posibles opciones que tienen para entrar al archivo de los invasores donde hay valiosa información para los localistas.

Mientras que a su alrededor los soldados caminando no se detienen, vienen de todas direcciones y van hacia diferentes cubículos. Carpetas, tablets, fotos, armas, cualquier objeto que llevan en mano parece de amplia importancia.

Los pensamientos de Zerj son interrumpidos por un mensaje en su viejo celular.


Zerj sonríe. Mira a su alrededor y cada quien está en su tarea correspondiente. Fija la mirada sobre Rafael, quien revisa profundamente unos planos en una pantalla pequeña.

Zerj camina hacia afuera del centro de mando.

La claridad del sol impacta en los ojos de Zerj, después de haber estado por numerosas horas en la fría y oscura oficina.

Le tocan el hombro. Es Rafael.

"¿Qué pasa, compadre? ¿Ya tienes la ubicación preparada?"

Zerj saca una cajetilla de cigarros.

"No, salí a fumarme un cigarro a ver si..."

"Lo necesitamos pronto, compadre. Cuando entres ven a mi puesto, que te muestro unos planos para patearle el culo a los invasores. Ya verás". Rafael vuelve hacia adentro a paso acelerado.

Suena el celular de Zerj, quien sigue con la mirada en Rafael.

Suena el celular.

Zerj enciende un cigarrillo. Toma una bocanada. Camina alejándose de la entrada al cuartel general. En el estacionamiento hay pocos carros, pero ningún soldado.

Suena el celular.

Zerj atiende.

"Aquí Cartagena. Dígame".

"¿Puedes hablar?", suena la voz de Angelina desde el otro lado de la línea.

Serj echa una última ojeada. No hay nadie alrededor.

"Sí".

Silencio.

"Estoy muy nerviosa".

"Todavía estamos a tiempo de cancelar".

"No, no... esta vez tiene que ser hasta el final. Si no, no hay más intentos".

"Bien... bien. Pues me alegra escuchar eso".

Silencio.

"¿Tienes todo listo entonces?" retoma la conversación Zerj, mientras fuma.

"Sí... pero ¿Cómo harás? Estás muy ocupado en el centro"

"Yo me encargo. Que ganas tengo de verte...".

"Yo también. ¿Debo llevar comida? ¿Cuánto tendré que pagar de la habitación? ¿Ya hiciste la reserva?"

"Me encantaría responderte cada una de las preguntas, pero solo tengo tiempo para una respuesta. Sí, ya hice la reserva. Por lo demás, como se te haga más cómodo para ti... tengo que volver. Hasta pronto".

Zerj termina la llamada, mira su reloj, son las 14:00 horas. Entra y vuelve a ocupar su lugar frente al mapa con el gran punto rojo en el centro.

"¿Y bien, compadre Cartagena?", Rafael se le acerca a Zerj. "Te dije que te acercaras a mi puesto cuando regresaras".

"Sí, Rafael, pero ¿Ves estas dos líneas de aquí arriba? Creo que esa será nuestra oportunidad, aquí hay una conexión..."

"No la hay. Ahí no tenemos oportunidad, Zerj, mira bien esas dos líneas, ya esto se ha intentado antes"

"No se intentó nada. Aquella vez fue por la línea tres. Es diferente"

"Lo veo igual. Creo que debes esmerarte más"

Zerj respira profundo, pone su mirada en la pantalla. Intenta explicar una vez más.

"Mira. Estas dos líneas son la parte más débil de ellos y tiene las vías de escape más fáciles para nuestros infiltrados ¿Lo ves?"

El capitán Eli se une a la conversación. Su voz gruesa y profunda corresponde con su contextura obesa.

"¿Qué tiene que ver?"

"Capitán Eli, señor. Creo que he encontrado un buen espacio. Tenemos oportunidad en estas dos líneas. Hay formas de escapar muy fácil una vez logrado el objetivo, traer la información que necesitamos".

"Bien, bien, bien, agente Cartagena, me gusta lo que escucho. ¿Cuándo te reunirás con nuestros infiltrados?".

"Esta noche misma, señor. Salgo en el tren de las cinco"

"Hmmm... no me gusta que me avises con tan poco tiempo antes de marcharte, pero tienes mi permiso. Tomate seis días para estas reuniones, no quiero que te apresures así el enemigo no verá ningún patrón".

"Sí, señor".

"Estos infiltrados ¿Pertenecen al brazo armado?"

"Mejor aún, capitán", interrumpe Rafael. "Son civiles. El único que tiene contacto con ellos es Zerj, así garantizamos máxima seguridad a estos voluntarios".

"Bueno, si les pagas una bolsa de monedas de bronce, no creo que sean voluntarios. Me gusta más el término infiltrados, agente Collins".

"Sí, señor", responde Rafael. El capitán Eli se va y Zerj tiene una mirada de satisfacción mientras copia el mapa en un pequeño dispositivo de memoria.

Rafael se cruza de brazos.

"Está bien, ahora sí lo veo", dice Rafael viendo la pantalla.

Zerj sonríe y se va.

Son las 20:00 de la noche. Zerj tiene puesta una gabardina negra que le oculta su uniforme militar. Mira su reloj, luego observa el de la estación de tren que está en medio de la oscuridad. Marcan la misma hora.

Hay un hombre durmiendo sobre periódicos a cinco pasos de donde está parado Zerj con su maleta de ruedas.

20:03 pm. Hay un tímido temblor en el suelo. A lo lejos una luz débil. Zerj sonríe, es el tren que está llegando.

El tren se detiene y solo se baja una muchacha delgada, cabello amarillo, con un sobretodo marrón oscuro que le cubre todo el cuerpo. Su sonrisa contratasta con la poca iluminación del lugar. En su hombro derecho tiene un bolso deportivo.

Zerj apura el paso hacia ella, halando su maleta.

"Bienvenida a Aria, Angelina".

"Gracias, Zerj".

Ambos se abrazan en silencio.

"¿Y qué tal es este pueblito? ¿Ya comiste? ¿Dónde nos quedaremos?"

"Que bueno que tenemos toda la noche para responder a tus preguntas", sonríe Zerj.

"Perdóname... yo.", Angelina hunde su cara de vergüenza. No puede evitar sonrojarse.

Zerj le agarra la mano. Ambos caminan fuera de la estación y entran a la calzada de piedras del pequeño pueblo que está a oscuras.

"No tienes que disculparte por nada. Te entiendo... ¿Está bien si te agarro la mano?"

"Pues, ya estamos en esto ¿No?" Angelina ríe de forma nerviosa.

Las ruedas de la maleta de Zerj hacen un fuerte ruido al pegar con la calzada, rompiendo con la tranquilidad del lugar.

"Creo que estás haciendo demasiado ruido".

"Descuida... aquí nadie nos conoce. Te encantará este pueblito... y no, no he cenado nada. Tenía unos 15 minutos esperándote desde que llegué".

"¿Aquí harás las reuniones?"

"Eso te lo respondo en el hotel".

El viento es helado. Angelina se abraza fuertemente para darse calor. Zerj mira las calles para ubicarse. Camina una cuadra, luego a la izquierda y la primera a la derecha, están en las puertas del modesto hotel Aria Beach.

Antes de entrar, Angelina agarra por el brazo a Zerj.

"¿Qué vamos a decir? ¿Somos pareja o...?"

"Vamos a decirles que estamos casados y a los cinco minutos se olvidarán de nosotros. No te preocupes más".

Zerj le da un beso en la mejilla a Angelina.

Entran al hotel, en la recepción hay un muchacho con lentes explorando su rostro lleno de acné frente a un espejo. Zerj se aclara la garganta. El chico voltea acelerado, se limpia los dedos.

"Bienvenido, señor", le extiende la mano a Zerj, quien lo mira con indignación. "Ja, ja, ja, perdone me. A esta hora ya no creía que vendría más nadie".

El recepcionista pasa su mano por encima del escritorio y aparece una pantalla. La reservación dice "Familia Nieves". Zerj la señala,  firma y sube las escaleras junto con Angelina, quien mantiene su mirada al suelo.

Al abrir la habitación, el olor a humedad es lo primero que los recibe. Zerj sube el switche y se prende la luz principal. Hay una cama matrimonial en el centro, un televisor pequeño al frente y un minibar en la esquina. Las cortinas cubren la ventana.

Angelina camina hacia una puerta que está al lado de la TV. Es el baño. Prende la luz y hay mucho blanco entre las paredes, las toallas y la cerámica, pero parece limpio.

"¿Qué te parece?" Zerj deja su gabardina en una silla al lado del minibar, camina hacia la ventana, donde hay pequeños focos  y una inmensidad oscura.

"Está bien, supongo".

"La vista es mejor de día. Puedes ver toda la playa desde aquí, te encantará"

"Ah, ¿Aquí es donde traes a tus perras entonces?"

Silencio.

Zerj respira profundo.

"Perdona, no debí decir esto. Me pasé", dice Angelina, quien todavía tiene puesto su sobretodo.

"Mira, ya te lo dije por teléfono. Entre nosotros no ha pasado nada y no pasará nada si así lo quieres"

Angelina se quita el sobretodo. Lo lanza en la silla encima de la gabardina. Abraza a Zerj y con sus ojos verdes viéndole profundamente le responde.

"Y como te dije por teléfono. Esta vez llegamos hasta el final".

El beso es inminente. Apasionado. Cargado de desesperación. Las manos de Zerj se pasean entre la espalda y las nalgas de Angelina. Las manos de Angelina repasan la cabellera rizada de Zerj, le acaricia la cabeza, el cuello. Están atrapados en las manos del uno al otro.

Zerj toma a Angelina en sus brazos y la empuja a la cama. Ambos ríen. Zerj se quita el uniforme, las medias, los zapatos, a la mayor velocidad que puede. Angelina también se deshace rápidamente de su jean y su blusa. Pronto está desnuda en la cama con sus piernas abiertas.

Zerj la mira fijamente, tratando de grabar cada detalle de su cuerpo desnudo. Angelina lo observa a los ojos, intenta disfrutar cada segundo de este momento... Zerj se lanza sobre ella, siguen los besos, las caricias se intensifican.

Así empieza la noche para ellos...

... amanece...

Zerj mira como la estancia se ilumina con el sol de primera hora del día. Angelina está en su pecho, con una sonrisa maliciosa.

"Ya pasó la noche... increíble..."

"Lo sé. Valió la pena. Estar contigo es aún mejor de lo que imaginaba".

"¿Imaginabas este momento?"

"No... bueno sí... Digo, desde hace mucho tiempo te imaginaba... nos imaginaba así"

Silencio.

"Yo no te pensaba de esa manera... después de todo eres un tipo casado".

"Y tu también estás casada. Pero eso no me frenó. Eres hermosa. Inteligente. Cariñosa... no entiendo que haces con alguien como Rafael".

"Tenías que mencionarlo ¿Verdad? La cagaste, Zerj".

Angelina se levanta molesta, busca su ropa interior. Zerj la abraza. Angelina se lo quita de encima.

"Perdón, no tenía que mencionarlo"

"Yo no he mencionado a Patricia en toda la puta noche. Además, si tu matrimonio es tan perfecto con ella ¿Por qué estás aquí conmigo?"

"Mi matrimonio dista de ser perfecto"

Silencio. Zerj vuelve a la cama. Angelina se coloca su ropa interior. Mira a Zerj y regresa a su posición.

"Perdóname", dice Angelina. "Desde hace tiempo no soporto a Rafael, es verdad. Pero no es eso lo que me impulsó a estar contigo... Tu eres él que me empujó a esto. Nuestras conversaciones. Esa chispa que había cada vez que nos llamábamos, nos escribíamos, cuando nos visitaban o cenábamos en tu casa".

"Yo siento lo mismo. Paty y yo estamos bien. Pero contigo estoy mejor".

Suspiros. Silencio.

"Hay una guerra allá afuera y nosotros complicando las cosas con... con esto", dice Angelina.

"No es complicarse. Esto tenía que pasar. Y lo de la guerra, no te preocupes, si logras la misión que te daré, la terminaremos pronto".

"Sí, la cumpliré. Ya lo verás".

"Bien, a partir de mañana, serás nuestra infiltrada... Déjame buscar las instrucciones".

Zerj hace un ademán de levantarse de la cama, Angelina lo empuja y se vuelve a echar.

"Primero desayunemos. Luego hablaremos del trabajo".

Angelina besa apasionadamente a Zerj como si no hubieran hecho el amor en años.

Continuará...

@mynameiteo

lunes, 6 de octubre de 2014

Night hunters


Darkness. No one is in the kitchen, except us. We can see a plate with four big chicken's bones. There are a few rice grains around them.
We are waiting the signal from the scout next to the delicious treasure. He tracks all the remains of the food. Check everywhere. No humans around. He makes the signal to us.
The old general, who have done this mission since I was a little grub, takes a step forward. It is another routine procedure for him.
- Quickly! Eat all you can! Go! go! go!-
We run as fast as we can. I am one of the fastest thanks to the incredible smell of the treasure. I am the first who conquer the biggest chicken's bone and I start to eat. It is even more delicious that I thought.
- Something is wrong...- says the scout next to me, but I don't pay attention to him, neither my brothers and sisters. Everybody is enjoining the fest.
But suddenly, the lights are on. We are discovered by the humans, I'm frozen over the bone.
- RUUUUUUN!- screams the general.
Everybody is running in every direction, but I'm stood still, the sound of hits by the human disoriented me. I have no clue where to run.
BOOM! The hit is next to me. The scout is death above the human's hand, I can see him bleeding, I can heard him screaming and I can do nothing.
The human's hand is coming for me this time, and I just wait for the hit.
- MOOOOOVE, ROOCKIE! - the general runs to me and push me away. I'm falling down from the bone's top and I can see how the human left nothing of the general.
There's no time for tears. I must escape. I return to the gate in the wall.
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A distant voice is coming from the bedroom.
- Honey! What's going on in the kitchen? - says a lady.
- Everything is all right!- answers the man, cleaning his hands -Damn roaches! -

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Owl, tiger and bear (an introduction)


Nancy was serving three beers and a soda. It was a usually day in her Summer job. The hottest maybe.

"Here we go your drinks, gentlemen. Enjoy", smiles Nancy.

"Danke!" answers the customers at the same time.

Nancy smiles once again and goes to the next table, reclenty leave it by another group of tourists. It was an awesome beach bar, but the sand and the wind makes an uncomfortable combination, so Nancy has to clean often every table.

"Hey Nancy", says a big muscle surfer. His name is Rongo.

"Take out your wet body from my bar's floor, Roni", says Nancy, pushing the big surfer guy.

"Come on, don't call me Roni", says the surfer stepping back a few steps next to his board in the sand.

"You like to be call Roni"

"When I was 11 years old. We are not children anymore", and the big guy winking an eye to the waitress.

An old man walks next to the bar, escorting by two elegant gentlemen. The old man has his clothes full of dirt, mudd and rests of grass.

"Why the sensei doesn't say hello to us?", says Rongo.

Nancy takes a look to the strangers and the sensei going to the parking lot near the beach.

"Let me figure it out", Nancy runs to the gentlemen.

"Excuse me, excuse me...", the three guys stop. "Are you going to pay the debt finally, you old man?"

"I wish to pay, but I need more money", the sensei replies.

"Please, lady, back off, eh?", one of the gentleman goes near Nancy.

"Of course", Nancy takes a few steps back and then she reacts with her knee straight to the guy's balls.

The other gentleman kicks her, but his leg is trapped by the sensei, who breaks it.

Rongo shows up in a red jeep.

"Let's move, people!"

Nancy and the sensei goes in the car, leaving the two elegant gentlemen in the floor. Rongo drives trough the sand straight to a big mountain in the end of the beach.

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Originally published in TheWritePractice.com

domingo, 7 de septiembre de 2014

Hades Delivery


¿Cuánto pagarías para poder hablar con ese ser querido que ya no está a tu lado?

Mejor consulta con el Señor H las tarifas.

Una serie que llegará pronto a tu pantalla favorita.

@mynameisteo