sábado, 28 de febrero de 2015

Reencuentro 2008


"¡Volvamos a vernos, clase del '99!"

El email estaba lleno de palabras efusivas, recuerdos melancólicos y un insistente "por favor" en cada dos líneas. Lo firmaba Elisa Hilton.

Alfredo dudó. Habían pasado nueve años desde que se graduó en la secundaria y su vida estaba estancada. No quería saber de lo bien que le iban a sus antiguos compañeros. Así que estaba decidido a borrar el mail hasta que recibió una llamada.

- Hola

- ¡Hola Alfredo!

- Sí... ¿Quién es?

- ¡Soy Yarimar! ¿Cómo estas?

Alfredo continuó la conversación simulando normalidad, pero por dentro su corazón estaba a punto de estallar. La emoción de hablar con aquella morena que lo había enamorado en la secundaria le hacía sentirse adolescente otra vez.

- Está bien, nos vemos en el reencuentro...-

Alfredo corrió al closet. Debía tener algo que impactara a su viejo amor.


Llovía con intensidad cuando Alfredo tocó la puerta de una casa vieja pero grande. Del interior apareció Elisa.

- ¡Alfredo! Pero si no has cambiado ni un poco. Adelante, adelante, bienvenido-

Adentro habían cuatro personas alrededor de una mesa en el centro de la sala. Los muebles eran tan antiguos como la casa, pero se notaban bien conservados. Sonaba una música caribeña que alegraba el sitio.

- ¡Alfredo! Hombre, que no has cambiado nada -

- Me lo han dicho... Pero lamento mi poca memoria...-

- No pasa nada, soy Germán Barrientos. ¿Recuerdas? Bueno, pesaba como 100 kilos menos en aquella época-

- ¡No! ¿Germán? ¿La estrella de nuestro equipo de fútbol...?-

- Hombre, tuve una operación en la rodilla y de ahí perdí la figura, jajajaja-

- Alfredo, bienvenido -

- Karla... tu... sí que estas cambiada -

Karla apenas sonrió. El cuarto personaje se levantó de un salto.

- Mucho gusto, soy Edgar Espinoza. El esposo de Elisa -

- Ah, un placer-

Las risas no se detienen por las siguientes dos horas. El grupo está igual.

- Creo que la lluvia le impidió a mucha gente venir - se lamentó Elisa.

- Quizás ellos tendrán más responsabilidades que nosotros - rió sonoramente Germán

- Yo en un rato me voy, tengo que levantarme temprano - comentó Karla.

La música caribeña retumbó sola en aquella sala.

- Sí, me pareció raro no haber visto a Yarimar -

- ¿Yarimar? ¿Cuál era esa? -

- Emmm... una morena que se la pasaba conmigo... la que entró en el último año de la secundaria -

Todos estaban en silencio, intentando pensar.

- No la recuerdo ¿Ella dijo que venía?-

- Sí... ella... me llamó-

Silencio, solo suena la música.

- Yo voy a la cama. El clima me pone lento, un placer conocerles -  Edgar se retiró con poca efusividad.

- Estoy tratando de hacer memoria, pero Alfredo, eran pocas las veces que te veía acompañado. Ibas de la biblioteca al salón y viceversa- comentó Karla.

- ¡Cierto! Pocas veces jugamos fútbol -

- Pero ella hablaba con todos en el salón de clase.- continuó Alfredo- Nunca llegaba tarde, se sentaba a mi lado... una morena... como de mi estatura... ¿No la recuerdan?-

- ¡Esto me está poniendo de los nervios! - Elisa tomó un trago largo de vino. - Voy a revisar en el ordenador la lista de personas a las que envié el mail. Ya vuelvo.-

Elisa se marchó y la música se detuvo. Solo se escuchaba el sonido de la lluvia.

- ¿Estaba buena?- sonríe Germán.

- Era... era muy linda- aseguró Alfredo.- Es increíble que no recuerden a Yarimar.

- A mi no me culpes, yo no estaba precisamente pendiente de las chicas en ese tiempo - Karla ríe de forma maliciosa.

Elisa volvió con una página en su mano.

- Chicos, estoy buscando y por la "Y" no tengo a nadie en los contactos de la secundaria. Mira, paso de la "T" de Teodardo Castillo a la "Z" de Zoe Galván.-

Germán y Karla miraron la hoja junto a Elisa. Efectivamente no estaba el nombre de Yarimar.

Alfredo tomó su mano, simuló que tenía un teléfono.

- ¡Hola Yarimar! Justamente estábamos hablando de ti!-

Los tres ex compañeros estaban paralizados.

- Ya te abro la puerta -

Alfredo se levantó y caminó hacia la puerta.

- Esto tiene que ser una broma...- dijo Germán, pero sin poder moverse.

Alfredo abrió la puerta y las chicas aguantaron el grito. Germán se puso delante de ellas.



No había nadie.

- Ahora me van a decir que no se acuerdan de ella - sonreía Alfredo de forma extraña. - ¡Mírenla!-

- Alfredo... Alfredo... ahí afuera no hay nadie-

Alfredo cerró la puerta...

... y más nunca se supo de ellos.

@mynameisteo

2 comentarios:

Sanna dijo...

Muy bueno!!! Todo el rato que lo estuve leyendo lo pasé con gran intriga; además, no me esperaba ese final :D

Ma.Teresa Sánchez dijo...

cada cuento es un a historia y cada historia me "engancha" hasta el final... me sorprende, me deja con ganas de otra historia... muy buena