Está
muy oscuro. A lo lejos se escucha una gotera, cuyo sonido se expande
por los amplios pasillos.
-
¿Qué es eso? - Pregunta una chica delgada, de cabello amarillo y
con una minifalda que muestra sus torneadas piernas.
-
Deja el miedo, Laura – responde de forma enérgica una adolescente
de piel blanca y cabello negro, sus pecas eran lo que más abundaban
en su rostro – Ni siquiera hemos entrado aún.
-
Ali, deja de regañar a Laura – dice una tercera, cuya piel es de
color canela y de cabello rizado – esa debe ser una gotera del
baño, estamos cerca-
-
Cállate y prende la linterna, Diana – reprende Ali – Parece que
soy la única que vino vestida a la ocasión.
Diana
también tiene un vestido tan corto como el de Laura, mientras que
Ali viste con una camisa manga larga y pantalones negros.
-
Si seguimos hablando así, nos va a escuchar el vigilante de la
escuela – responde Diana de forma desafiante.
-
¿Y por qué no nos vamos? - dice Ali viendo a todos lados. La
oscuridad las rodea en la parte de atrás del colegio donde estudian.
-
Prometimos que íbamos a hacer esto, nadie se raja ahora- Ali tiene
el ceño fruncido. - Vamos por aquí-
Hay
una brecha en la cerca de metal que rodea el colegio, Ali lo levanta
para que sus amigas pasen.
-
Menos mal que no hay nadie por aquí, porque se les ve todo – hay
un tono de sarcasmo en la voz de Ali.
-
Estúpida marimacha – responde Diana
-
Chicas, chicas, apurémonos – dice Laura del otro lado de la cerca,
mirando todo a su alrededor.
Las
tres caminan hacia una pared llena de huecos de ventilación, el
sonido de la gota aumenta a medida de que ellas se acercan al
colegio. Diana va de primera y empieza a escalar la pared. La siguen
las otras dos.
Pronto
están adentro del colegio.
-
Vamos por esos exámenes y marchémonos – dice Ali.
Las
tres avanzan por los pasillos que están tímidamente iluminados por
lámparas de tubos.
Está
muy oscuro. El viento pasa con fuerza a través de los agujeros de
ventilación que hay en una pared cercana.
-
¡Wow! - dice un adolescente de piel blanca y cabello rapado - ¡Aquí
si hace frío, coño!-
-
¡Baja la voz, Gregorio! - responde con enfado un chico de piel
oscura que intenta abrir una cerradura – Nos va a escuchar el
vigilante.-
-
Buff, Barry, con la cancha aquí al lado no hay nada que detenga el
viento ¡Que frío hace acá! - comenta Gregorio mientras se pone la
capucha de su sueter amarillo.
¡Click!
La cerradura está abierta y Barry abre la puerta lo suficiente para
que entren los dos.
-
Listo, ya estamos dentro del laboratorio de biología. Ahora ¿Dónde
lo dejaste? - dice con fastidio Barry.
-
A ver... -
Gregorio
camina de un lado a otro de las estaciones del laboratorio, mira en
los cajones de madera, entre herramientas y utensilios de vidrio.
-
¡Ajá! ¡Aquí está! - triunfante, Gregorio levanta una bolsa de
marihuana. - El profe casi me pilla, pero lo pude esconder a tiempo.-
-
Sí, pero lo olvidaste, idiota. Vámonos.-
Los
chicos caminan hacia la puerta. Escuchan unos pasos en el pasillo, se
detienen. Gregorio se pone pálido.
Barry
hace unas señas para que caminen hacia atrás. Se esconden detrás
de la última estación del laboratorio.
-
¡Mierda! ¡Mierda! - dice Gregorio repetidas veces.- ¡No me pueden
expulsar de otro colegio! ¡No pueden!-
-
¡Shhhhh! - le reprende Barry.- Baja la voz. Vamos a quedarnos aquí
un rato hasta que se vaya el vigilante.
Los
pasos suenan con pesadez en el pasillo. Retumba el eco por las
paredes hasta hacer temblar a los utensilios de cristal.
Una
ráfaga de viento suena con fuerza.
Está
muy oscuro. Hay una vela que apenas alumbra el rincón del aula. A su
alrededor hay un oso de peluche, varios tacos de colores y una tabla
tallada con extraños símbolos.
-
Francesca, solo nos falta decir las palabras y el conjuro estará
listo ¿No estás emocionada? - una chica pálida, delgada y vestida
totalmente de negro, aplaude repetidas veces, pero sin hacer mucho
ruido.
-
Sí, Jessica, es muy emocionante, pero tienes que controlarte. No
consigo el papel ahora – los dedos largos y pálidos de Francesca
tiemblan en su mochila negra con una gran calavera blanca. Resopla
para que su cabello lacio y morado no le obstaculice la visión.
Mueve
dos libros, esquiva su reproductor de música portátil, alcanza el
fondo de la mochila de donde saca un papel arrugado y amarillento.
-
Aquí lo tengo. Ahora sí estamos listas. Ya conoceremos a Roberto –
Francesca sonríe ampliamente. Le toma la mano a su amiga.
Coloca
el papel amarillo sobre la tabla y entre las dos empiezan a leerlo al
unisono.
A
esta hora en la oscuridad
que
se abra la puerta del más allá
que
nos permita la bienvenida
a
Roberto entre los que tenemos vida
Silencio.
- Ni modo, Francesca, igual había
que intentarlo -
- No lo entiendo. Si lo
asesinaron aquí, su alma debe estar atrapada en este salón... a lo
mejor sí...-
De un solo golpe la vela se
apaga.
- ¿Qué...? - apenas exclama
Jessica, pero la risa de un niño le interrumpe.
Silencio.
- ¿Ro... Roberto? - dice
Francesca.
- (risas del niño) ¿Quién...
me busca?- responde desde la oscuridad con un tono juguetón.
- Ho... ho... hola, soy Francesca
-
El niño estalla en risas. Se
enciende la luz del aula y está flotando sobre las chicas, con sus
ojos negros sin vida, su ropa rasgada, sus dientes afilados sonríen
con malicia.
La
risa de Roberto hace eco en todo el colegio.
-
¿Qué fue eso? - dicen al unisono Laura, Ali y Diana en la oficina
de profesores. Lo mismo exclaman Gregorio y Barry desde el
laboratorio de biología.
-
¡No sé que es eso! ¡Pero tampoco lo quiero averiguar! ¡Vamos!
¡Vamos! ¡Vamos! - Laura grita sin control, sale corriendo de la
oficina. Ali y Diana corren tras ella.
-
¡Espera Laura! ¡Espera!-
-
¡Vamonos loco! ¡Prefiero a que me expulsen a que me maten!-
Gregorio marcha a toda velocidad y deja el laboratorio. Barry va
detrás de él.
En
la conexión del pasillo principal hay una gran colisión, todos los
personajes caen al suelo, excepto Jessica. Los muchachos se miran
entre sí.
-
¿Quiénes son ustedes? - Diana apunta con la linterna a la cara de
Barry.
-
Relájate, solo se nos había quedado... algo...-
-
¿Laura? ¿Eres tu? - dice Gregorio. Diana le apunta con la linterna.
-
¿Gregorio Carpio? ¿Qué mierda haces aquí? - reprendió Ali.
-
Lo que dijo mi amigo Barry, veníamos porque... porque...-
-
¿Dónde está Jessica? ¿Dónde está Jessica? - Francesca está
fuera de control.
-
¡La zombie está aquí también! ¿Qué hace aquí la enferma esa? -
recrimina Laura.
-
¿Qué está pasando acá? ¿Quién es Jessica? - dice Barry.
-
¡Ahí viene! ¡Ahí viene! - Francesca se arrastra hacia atrás.
-
¿Quién? ¿Quién viene? - Diana voltea con la linterna.
Diana
alumbra a Roberto, quien camina lentamente hacia ellos. Ríe.
Todos
están petrificados. Roberto, empieza a levitar enfrente a ellos y
Diana no deja de iluminarlo. La linterna se apaga. Oscuridad.
Todos
gritan.
-
¡JUGUEMOS! - ríe Roberto.
Foto de Fallen Angel
Una
fuerza sobrehumana atrapa al grupo de jóvenes que vuelan por los
aires.
En
el trayecto son separados.
Escoge
una pareja
Ali
y Francesca
Barry
y Laura
Diana
y Gregorio
Escribe en los comentarios la pareja que deseas saber su suerte, junto con tu email para enviártelo directamente.
O envíame un correo a mynameisteo@yahoo.com con los nombres de los personajes que quieres saber su destino en el asunto.
@mynameisteo
2 comentarios:
ehhhhh barry y laura!!! y còmo muriò roberto???????
elijo a Diana y Gregorio... ¿qué pasó con Roberto?... ¿cuál es su historia?... ¿qué relación tiene con Francesca?
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